El Bambú dispone de unas cualidades físicas impresionantes. Su escaso peso, su alta presión, tracción y resistencia tanto como su cualidad de transformación, hace que estas plantas resulten ser el material ideal en numerosos campos de uso.
Las cañas de bambú consisten de nudos e internudos (cavidades), los cuales se separan por finos tabiques dispuestos en sentido transversal llamadas diafragmas. Las cañas son generalmente huecas, pero a medida que avanzamos en altura, su diámetro y el espesor de sus paredes disminuyen por lo que los tubos pueden crecer hasta convertirse en cañas macizas. Longitud y diámetro de las cañas varían dependiendo de la especie. Las especies más grandes muestran un diámetro de hasta 30 cm y llegan a crecer hasta una altura de 30 metros. Los tallos, dependiendo de su índole, crecen muy rectos, de forma serpenteada o ligeramente curvados. Las cañas de bambú brotan a la superficie alcanzando desde ese momento su diámetro máximo, no experimentan crecimiento en su grosor como por ejemplo lo hacen los árboles. Las cañas se empujan de manera telescópica de nudo a nudo hasta alcanzar su altura máxima.
Por esta razón la edad del Bambú no se determina por su grosor, sino, en cada subespecie, mediante el tono de la estructura de su superficie y su color. El Bambú solo florece una vez durante su ciclo de vida y muere completamente al finalizar éste. El periodo de floración puede durar hasta 100 años.
Cañas de bambú son el ejemple perfecto para un material de construcción ligero y vegetal. Con un peso promedio de 600 kg/dm3 su tensión de rotura es de hasta 392 N/mm2. Las cualidades mecánicas de las cañas de bambú superan de lejos a las de las maderas de construcción comunes. Gracias a la construcción de la estructura de las cañas la resistencia de torsión es bastante alta. Además, el bambú tiene un comportamiento de rotura diferente al de la madera. En vez de producirse una fractura completa y espontánea del tubo, se desgarran fibras individuales y la propagación de la grieta se parará por los filamentos cruzados al llegar al siguiente nudo a más tardar.
El alto contenido en silicato presente en sus capas externas se ocupa además de que el bambú sea un material difícilmente inflamable (DIN 4102). Pruebas demuestran que tubos de empalme verticales hechas de bambú, soportan las fuerzas del fuego durante más tiempo que la madera o el acero y que incluso en estado carbonizado siguen teniendo un cierto nivel de capacidad de carga. La razón de esto es la manera que tiene el bambú en quemarse. El fuego no alcanza los tubos al completo, sino que se trabaja adelante en etapas, de nudo a nudo. La densa estructura de éstos detiene la propagación explosiva del fuego.
Su forma redonda y hueca es muy superior, en relación a la solidez, a todas las otras formas de sección transversal creados de manera técnica, sobre todo la sección transversal completa, que se usa generalmente en la madera. La proporción entre el propio peso y la carga útil incluso supera la del hormigón armado. Pero que duplique el valor de la Tensión de rotura del acero es más que asombroso.